Por fin se pronunció el Supremo. Y lo ha hecho tumbando la posibilidad de objetar contra la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos. Con esta sentencia ha quedado demostrado que la asignatura no vulnera los derechos, sino que sus contenidos contribuyen a la formación de los alumnos en el desarrollo de su personalidad, sobre sus derechos y deberes como ciudadanos y los principios fundamentales de la convivencia en una sociedad democrática y tolerante.
Además pone de manifiesto la adecuación de la materia a la legalidad y la ausencia de ese supuesto afán de adoctrinamiento del que se ha venido acusando al Gobierno, ya que en todo momento se ha buscado la conciliación de los contenidos con el respeto a las creencias y los derechos que la Constitución española reconoce a las familias.
Además pone de manifiesto la adecuación de la materia a la legalidad y la ausencia de ese supuesto afán de adoctrinamiento del que se ha venido acusando al Gobierno, ya que en todo momento se ha buscado la conciliación de los contenidos con el respeto a las creencias y los derechos que la Constitución española reconoce a las familias.